lunes, 1 de diciembre de 2014

Parvulario

Ha caído en nuestras manos un artículo científico muy interesante* en el que una psicóloga y un primatólogo evalúan las capacidades de niños y primates para desarrollar y establecer normas. El artículo tiene alguna conclusión llamativa. Dejando de lado la importancia de lo social en el desarrollo cognitivo, lo que nos llama la atención es lo que el estudio aporta sobre los referentes de los niños a la hora de formar reglas: contra lo que podríamos esperar, son los comportamientos de sus compañeros de juegos, y no la autoridad de los adultos, lo que hace de referencia central para formar normas y compromisos. 

De esta horizontalidad bien podríamos aprender. Lo cual no quiere decir que podamos exportarla directamente a la política - tentador, sí, pero hay que reconocer que cada ámbito tiene sus dinámicas - ni a ninguna otra disciplina. Sólo quiere decir que nuestra sociedad super-competitiva olvida aspectos horizontales y cooperativos que están al menos tan presentes en la naturaleza como la competición.
 
*Killen, M; Waal, Frans de: "The Evolution and Development of Morality”. En Natural Conflict Resolution, editado por Felippo Aureli and Frans de Waal.

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