En una acera madrileña se detiene un ciclista que llega a su centro de trabajo; en la acera, fumando un cigarrillo antes de entrar, otra trabajadora le saluda. Ambos comentan el agresivo tráfico de la ciudad, y, finalmente, la segunda le dice al primero: "A mí los que me dan miedo son los de las bicis"
Terribles bicis camufladas entre inofensivos camiones y pacíficos automóviles.
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