martes, 4 de junio de 2013

Política como el jardín de la autopista

A quienes protagonizan la política parece habérseles abierto la luz ante lo que nos está pasando: es una crisis institucional. Y así, unos saltan de alegría y afilan el colmillo, relamiéndose, y otros, que se ven ahora como presa, se revuelven ante la injusticia o reivindican privilegios añejos con la altanería de quienes se consideran mágicamente unidos al poder - no en vano han pasado muchos años en los puestos de mando.

¡Ah, entonces era eso! Y el dictamen: Hay que cambiar la relación de los políticos con los ciudadanos, hay que reformar, hay que corregir.

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Cerca de esta redacción hay un descampado en el que los perros del barrio suelen entretenerse olfateando. Como todo espacio abandonado en una ciudad, se ha ido llenando de matojos y residuos, sobre en un extremo en el que el descampado limita con un muro de hormigón. Del otro lado, una estrecha franja de tierra y la autopista que rodea la ciudad. Desde hace ya años, la tira alargada que queda del otro lado del muro, a la vista de los conductores de la autopista, está impecablemente ajardinada, pero en el descampado se sigue acumulando la basura. Debió ser idea de algún reformista en alguna otra crisis.

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