lunes, 9 de febrero de 2015

Lo nuestro

En un año como este 2015 que ha empezado entre gritos de cambio, una tendencia a nuestro juicio peligrosa es la creciente obsesión por lo que podríamos llamar lo suyo. Entendámonos: esta es una una realidad en la que una exclusiva y reducidísima minoría controla y dispone, hace y deshace con el desparpajo que da la impunidad. Cierto, evidente y debemos denunciarlo. A ellos, a esa minoría, tenemos que reclamarle muchas cosas. Pero hasta aquí, hasta una situación como esta, hemos llegado por muchas razones, entre otras: porque las alternativas no han conseguido construir una aproximación que sea capaz de poner sobre la mesa la cuestión central, que no deja de ser el capitalismo (un elefante en la habitación, en descripción de Jorge Riechmann en Moderar extremistán), porque nos hemos dejado llevar por esa cosa tan cómoda que es comprar un pantalón por treinta euros sin preguntar demasiado cómo viven las manos que lo han cosido en Bangladesh, porque hemos aceptado que el desarrollo está por encima de la vida misma del planeta... y algunas, o muchas más. 

No es cuestión de detenerse aquí a enumerarlas - aunque también hay que hacer ese estudio, no por satisfacer el impulso sádico de recopilar nuestros fracasos pero sí para saber cómo las peores tendencias de la humanidad han ganado esta partida - pero convendría tratar de no perderlas de vista, y para eso tenemos que mirarnos un poco más a nosotros mismos. No como Narciso, más bien como Socrates: con autocrítica y una buena dosis de sorna. Porque si seguimos tan obsesionados en mirarles a ellos seguiremos cumpliendo la misión de denunciar, pero construiremos una alternativa sin la reflexión necesaria, con una aceptación acrítica. Por un camino como ese tal vez consigamos un recambio de élites pero difícilmente llegaremos a nada horizontal, democrático y libre. Y mucho menos a la radical transformación que la ecología viene reclamando desde hace decenios y que, de no producirse, anuncia desastres. Más nos vale dejar de usar la escoba para barrer lo suyo y empezar a usarla también un poco para mantener nuestra casa un poquito más vivible.

No hay comentarios:

Publicar un comentario