martes, 19 de febrero de 2013

Términos medios

Escribe Carlos Sánchez en El Confidencial una artículo que merece la pena comentar, a modo de reflexión general, por lo que apunta. El tema, la defensa de la moderación, el acuerdo y los términos medios, no es, en absoluto, privativo del autor, más bien está presente de un modo u otro en la prensa española, y este artículo es tan buen modo de comentarlo como cualquier otro. 

Empieza Carlos Sánchez su artículo con una referencia al dilema del prisionero - que ha sido, como él mismo afirma, utilizado hasta la saciedad en la reflexión sobre racionalidad - lo que le lleva a una reflexión general sobre los beneficios de la cooperación y el acuerdo. Al margen de que la analogía sólo se sostiene con el apoyo de un buen puñado de errores, no deja de ser llamativo que el autor venga a sostener, viniendo desde un tema tan poco "periodístico" como la reflexión teórica sobre racionalidad, una tesis tan repetida desde los comienzos de la crisis, la que defiende el acuerdo de los dos partidos mayoritarios. Detrás de esta defensa resuenan siempre - incluso cuando, como en este caso, no se mencionan explícitamente - las palabras moderación, centro, acuerdo, término medio. Pero si el término medio está entre aquellos que, por poner un ejemplo, congelaron las pensiones, y otros que, por poner otro ejemplo, disminuyen el gasto sanitario y educativo para garantizar las inversiones financieras ¿no estaríamos moviéndonos en un mapa de coordenadas que está claramente posicionado a la derecha? De tal escenario, nos parece, sólo puede salir un término medio  extremado, o una moderación - todo lo contenida que se quiera - que se sitúe en el centro radical, el centro del capitalismo. Dentro de las coordenadas habituales sólo está eso: la moderación de quienes ya tienen la lucha desarrollándose dónde siempre la habían querido, en su campo. 

Al otro lado se encuentran los feminismos, ecologismos, cualquier movimiento político de orientación marxista, izquierdista, anarquista, todo lo que sea sinceramente democrático, emancipador y popular. Fuera, por supuesto de su moderación, de sus acuerdos, que no nos abarcan; esto es: no nos alcanzan: no nos atan.

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