En aquellas jornadas Alternativas desde abajo, que tanto éxito tuvieron, un insigne participante afirmaba que una de las necesidades sociales básicas para la transformación social es la creación de liderazgos colectivos que puedan coordinar y empujar las luchas, que aporten conocimiento y fiabilidad. Y ponía como ejemplo a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, que está consiguiendo resultados y haciendo visible un problema que afecta a muchas personas, y se ha convertido en el referente de muchos a la hora de plantear resistencia social ante la demolición que nos acecha.
Y a nosotros se nos ocurre que, en ética, para romper prácticas viciadas, es necesario también crear grupos en los que nos reforcemos mutuamente, en los que los hábitos de lo bueno sustituyan a los hábitos de lo viejo, de lo de siempre, al imperturbable hacer del business as usual.
Desde esas comunidades tal vez podamos empezar a recuperar la confianza mutua, y desde esa confianza, alcanzar el poder de transformar la realidad.
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